SIMON DIAZ
PROGRAMA RADIAL "LA VIEJA DISCOTECA"
PROGRAMA RADIAL "LA VIEJA DISCOTECA"
RITMO 100.9 FM TUCUPITA-DELTA AMACURO
PRODUCIDO Y CONDUCIDO POR FRANCYS DE DELLAN y ERMILO DELLAN
TODOS LOS DOMINGOS A PARTIR DE LAS 12M
SIMON DIAZ
Nuestro
invitado virtual del programa de hoy, domingo 19 de agosto de 2018, fue la
persona que rescató y popularizó la tonada llanera como género musical de
Venezuela y logró, no solo traspasar las barreras internacionales de su fama,
sino invadir los corazones de los venezolanos en ese proceso. Un aragüeño cuya
huella ha trascendido en el mundo musical y en la formación ciudadana de este
País. Frases, palabras y canciones de su autoría pasaron de generación en
generación desde 1950.
Hijo,
esposo, padre, músico, compositor, cantautor, actor, locutor, educador, artista,
todo esto lo reúne nuestro homenajeado de hoy.
Los
cambios de la cultura, la moda y los nuevos estilos musicales influyen en el
desinterés, en el abandono por el género folklórico nacional. A medida que
surgen nuevas generaciones y con el paso del tiempo, el conocimiento de este
ícono nacional y muchos otros de la misma categoría, ha tenido menos auge. Por
esta razón, en el programa de hoy, deseamos recordar y presentar a estas nuevas
generaciones, nuestro invitado, que en su mayoría desconocen su trabajo y su
trayectoria.
El
pasado 08 de agosto de 2018, se cumplieron noventa (90) años de su nacimiento,
se trata de SIMON DIAZ, quien en una oportunidad señaló:
“Ser
un buen venezolano, no es solamente haber nacido en esta tierra. Es respetarla,
es abrazarla y es quererla”
Así
se expresaba Simón Díaz sobre su patria a quien dio todo su talento, su amor.
Simón Díaz simboliza perfectamente la historia del
hombre anónimo y de pueblo que termina conquistando al mundo. Es quizás nuestro
compositor más universal. Y la frase no es gratuita: las canciones de Simón
Díaz han sido cantadas por artistas de la magnitud de Plácido Domingo, Joan
Manuel Serrat, Julio Iglesias, Caetano Veloso, Juan Gabriel, Ray Coniff,
Mercedes Sosa, Celia Cruz y un larguísimo etcétera que desborda nuestras
posibilidades. Simón Díaz hizo que el sencillo y telúrico sonido del cuatro,
nuestro instrumento nacional, le diera la vuelta al planeta. Simón Díaz logró
que el llano no fuera solamente entendido como un lugar en nuestro mapa, sino
también como un sonido del alma, una forma de cantar la vida, una lección de
autenticidad, y sobre todo, un orgullo genético. Como lo diría alguna vez el ex
presidente Rafael Caldera, Simón Díaz ha sido fundamental para la autoestima
del venezolano. Y es que este país lo oye cantar y se siente bien consigo
mismo, por nuestro pulmones pasa un aire limpio, un silbido de viento y garza,
un arrullo de becerros y lunas melancólicas y una de las maneras más
definitivas de decir Venezuela. O como lo diría Gilberto Santa Rosa: “Si
alguien quiere conocer a Venezuela, simplemente basta con oír la música de
Simón Díaz”. Por eso, entre otras y muchas razones, hoy rendimos tributo a un
hombre imposible de no aplaudir: Simón Díaz.
SIMON NARCISO DIAZ MARQUEZ, nació
en el pueblo de Barbacoa, estado Aragua Venezuela, a las 08 de una mañana del
mes de agosto de 1.928, en una casa ubicada entre las calles El Arte y Sol
frente a la inmensidad del llano.
Hijo
mayor de un hogar de ocho hermanos, su padre: el maestro JUAN DÍAZ. Su amada madre MARÍA
MÁRQUEZ, a quien le hizo hermoso versos en su adolescencia:
“Y
mi madre se doblaba a orillas del rio San Juan, lavando ropa ajena para
redondear el pan”
Quien
mejor para explicar su infancia sino el mismo protagonista. Simón escribe un
poema “Mi vida en cien coplas” donde expone:
“por
allá en el año 30 (más bien seguro el 28) que si empiezo a equivocarme, se pone
turbio el sancocho. En un pueblecito lindo de la llanera región, hijo de padres
humildes vino a este mundo Simón. En el pueblito que digo, que se llama
Barbacoa, me acunó el rio en su orilla sin garura y sin canoa”.
El
padre se Simón Díaz falleció cuando éste apenas tenía 12 años de edad y a su madre
la vida la llevó a luchar contra la grisura de las adversidades para levantar a
sus hijos. Simón como era el mayor de la prole asumió la responsabilidad del
padre ausente.
Cuenta
Simón que de su padre aprendió la lección más importante de su vida: “mi papá
me regaló el valor del esfuerzo y de la diversión para que jamás perdiera
ninguno de los dos. Y eso fue lo que hice toda mi vida: trabajar
divirtiéndome”.
De
su madre heredó el humor, la sonrisa perenne y la fortaleza para seguir
pa`lante – su lema de vida.
Por
la misma situación, Simón paso la mayor parte de su vida con su madre, siempre
la tenía como referencia de todo lo que él hacía y decía “eso me lo enseñó mi mamá”. De las costumbres de Doña María nace “la
tonada del niño campesino” canción que le dedica a ella.
Desde
muy pequeño Simón estuvo inmerso, metido en la música. Allá en su pueblo natal
Barbacoa - pueblecito lindo de la llanera región - como él mismo lo
llamaba, absorbió las tradiciones llaneras, influenciado por el ambiente
ganadero y que más tarde le sirvió para interpretar sus famosas coplas y
tonadas. La formación musical la recibió en su propia casa, donde su padre JUAN DIAZ le enseño lo básico. Las limitaciones económicas de su infancia no
le permitieron estudiar música sino hasta llegar a la capital en 1949 y se
inscribe en la Escuela Superior de Música, bajo la tutela del Maestro Vicente
Emilio Sojo. Allí recibe sus primeras lecciones de teoría, solfeo y armonía.
Relataremos
lo manifestado por el propio Simón Díaz en una entrevista que
forma parte del libro "Los Imposibles", de Leonardo Padrón, publicado
en el año 2006 y editado por Editorial Santillana. En ella cuenta su vida.
DE BARBACOA A CARACAS.
Simón, ¿cómo llegas a
la música? ¿Cómo descubriste que tenías talento para la música?
En
Barbacoa, con mi papá que era músico y me enseñaba algunas cositas y yo me
entusiasmé con eso. Nací, pues, con ese deseo. Mi papá y mi mamá nos sacaron de
Barbacoa y nos llevaron a Villa de Cura y allá, en Villa de Cura, se me murió
mi papá.
¿Tú todavía eras un
muchacho cuando se murió tu papá?
Sí,
muchachito. Fíjate, te voy a contar: eso fue el 30 de julio de 1940. Me
faltaban ocho días para cumplir los doce años, cuando murió mi papá. Pero me
tocó a mí hacer una cosa preciosa, ser el hermano mayor. Es decir, cuando muere
el padre, el mayor de los hijos forma una familia, junto con la mamá, para
levantar a los hijos menores, y ellos me dicen papá a mí. Resulta que yo soy
papá, yo soy el tío mayor y los levanté junto con mi mamá. Entonces me metí en
la Orquesta Siboney de San Juan de los Morros. Pero ¿tú sabes que era yo allí?
No era el cantante ¿Sabes qué era? El empleado. Cuando empecé, yo era el que
acomodaba los atriles. Lo que llaman el atrilero…. Yo fui el que inventó, en
esa época, esa forma de saber cómo estaba el sonido con el “aló, aló, aló…uno,
dos, tres probando” Después me lo quitaron ¿Y tú sabes cómo lo hacen ahora?
“Sí, sí, sí… Sonido. Sí, sí, sí…sonido”. Cuando yo me metí allí a trabajar como
empleado ganaba cinco bolívares por cada baile que hacía esa orquesta, pero el
director de la Orquesta ya sabía que yo tenía buena memoria para las canciones.
¿Te sabías todo el
repertorio del grupo?
Sí, yo me sabía todas las letras de las canciones.
Yo tenía cuando eso 17 ó 18 años. Un día había una fiesta amenizada por la
orquesta pero el que cantaba los boleros no llegó y el director me llamó y me
dijo: “Chato –a mí me llamaban el Chato porque me parecía
al Chato Ortín antes de Cantinflas– ¿te sabes ésta canción?” Y yo le
respondo “¿Cuál es?” Me dice: “Dos
almas” Y le respondí: “Y me sé hasta tres almas”. Así que le canté Dos almas…Y así fue como empecé
a ser el cantante de la orquesta en ese momento, y la primera canción que canté
fue Dos Almas.
Simón ¿Es verdad que
tu mamá también fue determinante en tu carrera y te inspiró en muchos temas?
Mi
mamá me ayudó muchísimo. Me la traje para Caracas justamente por ese empeño que
yo tenía de estudiar música. Ella fue la que habló con un amigo mío para que yo
me viniera a Caracas. Llegué un domingo, como a las 8 de la noche, y al día
siguiente en la mañana ya estaba hablando con el muchacho que era primo
de mi mamá y que me empleó en el Banco Venezolano de Crédito ¿Tu sabes
qué hacía allí? Era cobrador. Yo no conocía Caracas, y sin embargo ese mismo
día fui a cobrar deudas por Catia. A los tres meses ya estaba en la Escuela
Superior de Música con el maestro Vicente Emilio Sojo. Él fue quien me enseñó
toda esa cuestión musical que tengo. Ese fue el más grande maestro musical que
tuvo Venezuela y también fue mi maestro.
¿Alguna vez soñaste,
cuando eras niño, con esta fama que tienes ahora, con este reconocimiento
internacional que tienes hoy? ¿Esta era la vida que Simón Díaz andaba buscando?
O ¿ha sido una sorpresa?
No,
cuando era niño en Barbacoa no había escuelas ni medicinas ni una cantidad de cosas;
por eso fue que me trajeron para Caracas. Empecé a estudiar en Villa de Cura y
en San Juan de Los Morros, donde terminé el sexto grado. Eso es todo lo que yo
tengo, en la escuela llegué hasta sexto grado, nada más; pero a pesar de eso
¿tú sabes qué soy Doctor Honoris Causa de cuatro universidades de Venezuela?
Así que soy cuatro veces Doctor. Cuando tenía 16 años hice la primera canción.
La compuse para una muchacha que tenía 14 años, se la canté, por cierto
que ese día llovió y me mojé todo, y yo cantándole la canción:
Mi
interpretación a ti te hará reír/ como me hace llorar mujer a mí/ y tu corazón
burlándose de mí/ como un payaso así me harás sentir…
Pero ¿te funcionó la
canción? ¿La muchacha se enamoró de ti?
Era
una noviecita mía, pero no, yo me casé fue con Betty.
Canto y comedia
Simón
Díaz es emblema de la música popular venezolana, pero tu hermano Joselo es
emblema del humorismo nacional.
Joselo
ha sido uno de los cómicos más famosos que ha tenido Venezuela. Durante 30 años
fue el mejor cómico del país… Joselo, mi hermanito querido.
Hay
un cuento muy sabroso que quisiera recordar contigo. Una vez que le dijiste a
Joselo, cuando viste que él trabajaba en televisión y que ganaba mucho más
plata que tú: “Chico, dile a la gente que tú tienes un hermano que es mejor que
tú”.
Eso
fue una cosa bien simpática porque yo fui quien se lo trajo a él para Caracas.
Me traje a mi mamá y a mis hermanos, compré una casita y estaba ahí,
cuidándolos. Entonces, en una ocasión que estaba en el banco, veo que
Joselo saca una plata y un regalo que le había comprado a mi mamá y que le
había costado como 4 mil bolívares. Yo ya era Jefe de Cuentas Corrientes y
ganaba como mil bolívares mensuales. Cuando vi a Joselo con esa plata le dije:
“¿Qué es eso?” Porque me asusté “Y ese dinero ¿qué es?”. El me dijo: “No, no,
es que me estoy ganando una platica”…” ¿Y cuánto estás ganando?”, le digo y me
contesta que como 7 mil. Yo grito: “¿7 mil bolívares mensuales?” “Sí, gano 2
mil con Chuchín Marcano y 2 con Julián Pacheco y 3 mil en Radio Caracas”…”Ah,
entonces vamos a hacer una cosa”, le digo yo: “Yo aquí gano mil bolívares nada
más y ya estoy casado, así que dile por ahí, a toda la gente que anda contigo,
que hay un hermano tuyo que es mejor que tú, ¿oíste?”. Y empieza Joselo: “¿Y
ustedes no conocen a mi hermano?… ¡Ay, y eso que ustedes no conocen a mi
hermano Simón!”. ¿Tú sabes quién me contrató durante dos años, con un sueldo,
pero sin irme del banco?… Venevisión.
¿Te contrató para que
cantaras?
No,
yo no hacía nada. Luego, a los 2 años, me dijeron: “Vente, renuncia al trabajo
del banco que vas a empezar aquí”. Comencé con un programa que yo mismo cree y
que se llamaba “La Quinta de Simón”. Yo mismo lo hacía, lo escribía y le
decía a uno qué era lo que había que hacer. Ese programa fue famoso.
Simón, todos sabemos
que el llano ha sido tu gran motivo de inspiración. Te has inspirado mucho en
la vida del llano para componer tus canciones, ¿qué es lo más hermoso y lo más
terrible que tiene el llano?
El
llano tiene cosas muy buenas. Hay mucha gente del llano que compone una cosa
que es bien bonita, y que es muy llanera, llamada la Tonada. La Tonada es
totalmente llanera. Habla del ganado, del ordeño. De esas cosas hablaba yo
también así que compuse las tonadas. Pero yo no soy el único autor de tonadas.
Soy uno de ellos. He compuesto bastantes tonadas.
Efectivamente, todo
hombre del llano le canta a la vaca cuando la está ordeñando. Eso siempre
ocurre así, ¿no?
Sí, le canta, es verdad. Yo le cantaba a la vaca
Mariposa cuando la ordeñaba. La vaca
mariposa tuvo un terné/un becerrito lindo como un bebé…
Todos tenemos
bastante claro lo hermoso que es el llano, pero si tuvieras que decir algo
terrible que tiene el llano, ¿que dirías?
No,
terrible no tiene nada… Eso es muy bello. El llano es una de las cosas más bellas
que tiene Venezuela. Tú sabes que el llano está bajito ¿no? y hace un poquito
más calor que aquí arriba en Caracas, por ejemplo. Yo soy llanero. Nací en
Barbacoa que en aquella época formaba parte del estado Guárico; ahora pertenece
al estado Aragua, pero yo sigo siendo del Guárico porque ahora me fui para San
Juan de Los Morros y esa es la capital del Guárico.
Simón, tú compusiste una canción que se
ha convertido en una canción universal, que tiene ya 350 versiones y ha sido
cantada en 12 idiomas. Estamos hablando de “Caballo Viejo”. De
todas esas versiones ¿cuál es la que más te gusta, la que más te emociona?
Plácido Domingo es uno de los mejores tenores del
mundo y él la cantó aquí conmigo. Estuvo en el Teresa Carreño y entonces cuando
iba a cantar dijo: “Voy a cantar Caballo
Viejo, pero voy a llamar a Simón Díaz para que cante conmigo” Y la
cantamos los dos. Fue muy emocionante.
¿Cómo nació “Caballo Viejo”?
Yo tenía un programa en el Canal 8, en Venezolana
de Televisión, que se llamaba Venezolanamente. En
una ocasión fui al llano a grabar una cosa que se llama “galapagueada”, que es
una cosa bien bonita que hacemos allá para agarrar esos animalitos en el río
para comérselos. Estábamos en San Fernando de Apure y yo le digo a uno de los
empelados míos que me consiguiera para el día siguiente a unos músicos con
arpa, cuatro y maracas y a un cantante. Efectivamente, a la mañana siguiente,
como a las 10, llegaron los músicos pero no llegó un cantante sino una cantante
de 19 años ¡linda y cantaba precioso! Bueno, yo me enamoré de ella y ella de
mí, pero en ese momento nada más. Nos fuimos a grabar el programa y en la noche
yo me puse a recitarle unos versos… Esta
muchacha tan linda/ sentada en esa silleta/ mi cariño se empaqueta/ cuando la
veo yo a ella/ que parece aquí una estrella/ que está pensando conmigo/ Yo soy
un hombre testigo/ buscando un beso bien fino… Y le digo una
cantidad de cosas. Y resulta que se paró un muchacho a contestarme y empezamos
a hacer un contrapunteo Tin,
tin, tin, tin, tin. Pero un contrapunteo que duró más de una hora ¡Fue
tan bueno ese contrapunteo! ¿Sabes quién era el muchacho? Pues el novio de
ella. ¡Nada más y nada menos!
Bueno, ella se lo llevó y se fueron. Al día
siguiente, en la mañana, cuando nos estábamos desayunando, yo le digo a los
muchachos: “¿Se acuerdan de aquello de anoche?”… “Ah no, Simón. Eso de anoche
fue un espectáculo, qué cosa tan buena, ese contrapunteo, ésa es una de las
cosas más buenas que hemos oído”, me dicen. Y entonces les digo: “Oigan lo que
le compuse”. Y les canté Caballo
Viejo. La compuse como entre las 6 y las 8 de la mañana recordándome del
episodio de la noche anterior.
¿Y la compusiste así, de un solo tirón?
Sí. Ése es “Caballo Viejo“.
Se trata de un caballo viejo que la gente había sacado a la calle y cuando un
caballito viejo está en la calle y se enamora, ay, ay, ay. Por eso la canción
dice al final el potro da tiempo
al tiempo porque le sobra la edad /Caballo viejo no puede perder la flor que le
dan/ porque después de esta vida…
…no hay otra oportunidad.
La vuelta al mundo con “Caballo
Viejo
Simón, hay una versión de Caballo Viejo que hizo Gipsy
King, que fue quien, de alguna manera, universalizó el tema. Pero entiendo que
allí hubo un problema porque no te daban el crédito como autor, o sea, no
decían de quién era la canción, y tuviste que reclamar legalmente ese derecho
¿no?
No, hay muchas cosas. Por ejemplo ese Bamboleo es una canción que
hicieron de Caballo Viejo. Cuando el amor llega así
de esta manera/ uno no se da ni cuenta… Bamboleo… bamboleo ¿Ves?
Bueno, esa es una canción prácticamente mía y dice que son cuatro sus autores.
Yo soy uno de ellos, pero resulta que yo debería ser doblemente autor pero me
pusieron a mí y a otros tres que se metieron allá. Y esa gente ha ganado una
cantidad de plata en el mundo entero con esa canción.
O sea, que es como si fuesen cuatro los
autores del tema.
Si. Esa versión es muy buena y me gusta mucho.
Ahora, Venezuela no solamente tiene Caballo
viejo como un tema universal. Hay varias canciones muy famosas, por
ejemplo Alma Llanera, Moliendo Café, Ansiedad,
y Caballo Viejo. Es verdad que es
una de las que está más arriba en todo el mundo y que se conoce mucho. Es
verdad que conocen al Tío Simón, a Simón Díaz, por Caballo Viejo. Pero yo no solamente he
compuesto Caballo Viejo. Ahí está Mercedes, ahí está La Vaca Mariposa, tonadas…Sabana.
Has tenido el privilegio de que grandes
artistas canten tus canciones y has podido codearte con ellos. ¿Cuál de ellos
te ha impresionado más como ser humano? Entre Celia Cruz, Joan Manuel Serrat,
Plácido Domingo, Mercedes Sosa, Armando Manzanero, Cantinflas, ¿cuál te ha
impresionado más?
Todos
ellos. Yo no puedo decir nada en especial de uno sólo. Tengo recuerdos bonitos
de todos los que tú me acabas de nombrar.
Hay algo de lo que no podemos dejar de
hablar: tu relación con los niños, porque creo que eso es algo que ha marcado
decisivamente tu carrera. Contesta con Tío Simón es ya un
clásico de la televisión venezolana. ¿Qué te dan los niños cuando están con
ellos? ¿Por qué te gusta tanto hacer programas con los niños?
Los niños de Venezuela son tan bellos, tan chiquitos.
Yo los amo y ellos también me quieren a mí. Y como yo soy El Tío, pues,
siempre digo que soy hermano de los hombres que son sus padres, hermanos de las
mujeres que son sus madres, y por eso es que soy el tío del pueblo venezolano.
Por eso es que soy el tío de todos esos niñitos. Yo hice un programa y traje a
un muchachito de San Juan de los Morros, de 2 años y 10 meses. Yo lo tenía en
brazos cantando Mercedes se está
bañando/ en las orillas de un río/ mis ojos la están mirando pero es de un
amigo mío/ Yo no quisiera mirarla pero no tengo la culpa/ se parece a una
esmeralda con flores de chupa chupa/ que yo le avisé a mi amigo muy difícil me
resulta/ Me voy corriendo a su casa pa’que mi amigo lo sepa/ Le echaré una
cantaleta y le digo lo que pasa/ Que hay un inmenso peligro que corre allí su
mujer/ que se lo dice un amigo, que algo tenemos que hacer/ que vaya pronto a
salvarla… Y
entonces le pongo el micrófono y el muchachito dice: …“y de ñapa voy con él”. Bueno,
el público se paró de la emoción ¡qué cosa tan buena! Pero después, “para que
no crean”, le digo yo al público: “si ustedes están creyendo que yo era el que
le estaba diciendo esa frase, él ahora va a cantar otra canción”. Y lo dejé
solito y el conjunto le puso la canción y cantó completita, pero de arriba
abajo, Caballo Viejo.
¿Cuáles han sido los cantantes que más
han influido en tu carrera, aquellos que te gusta escuchar recurrentemente?
Carlos
Gardel, Alfredo Sadel. Hay una cantante por cierto, que se me aguaron los ojos
hoy mismo cuando la recordé……Magdalena Sánchez. Tremenda cantante, también. Se
nos fue hoy. Agustín Lara, Rafael Hernández. Todos esos eran grandes cantantes
que yo escuchaba antes. En Venezuela hay buenos cantantes y buenos compositores
también, no solamente yo.
¿Y qué tipo de música oyes tú
ahora?
Yo
sigo siendo un enamorado de la tonada y de los boleros.
¿Sabes
ese bolero que es el tema de una telenovela de Radio Caracas?
Claro,
que se llama Amantes
Que dice: Qué
vale más una mirada de tus ojos. Qué vale más. Ese es un bolero
mío. Yo compongo boleros, de todo, pero especialmente las tonadas.
¿Cuál es tu ciudad preferida en el
mundo?
Caracas
es una ciudad que yo amo. Tengo aquí viviendo casi 55 años. Yo quiero mucho a Barbacoa,
también a San Juan de los Morros, porque después de nacer en Barbacoa me crié
en San Juan de los Morros, pero después me vine a Caracas. Esas tres grandes
ciudades de Venezuela son las que más quiero. Por eso, por esas tres razones:
una fue donde nací, otra donde me crié; y Caracas, donde me he sentido lo que
soy.
Una canción que te guste mucho de
cualquier otro cantante de esos que tanto admiras.
Moliendo
café es bien buena.
De
Hugo Blanco…y de su tío, el hermano de su mamá, que también fue
el compositor de esa canción.
Alguna muerte de
alguien que te haya marcado mucho en la vida.
Te
voy a decir una cosa, cuando yo tenía 12 años se murió mi papá, y cuando tenía
70 años, se murió mi mamá. Te lo digo de verdad, esos son las dos muertes que
más he llorado en mi vida.
De todas tus
canciones, ¿cuál es la que más te gusta cantar cuando estás en el escenario?
No hay una que me guste más, yo las canto todas.
Pero puedo decirte que recuerdo especialmente la primera que canté, la primera
que compuse, aquella mi interpretación a
ti te hacer reír como me hace llorar mujer a mí. Y la última que he
compuesto es Déjame que te cante
Venezuela…
Ésta es la última canción que he compuesto para que
la escuche este pueblo tan bello que es toda Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario